El impuesto al sol que impide el autoconsumo de energía solar

Hucha con dinero delante del sol
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Ya se prepara el impuesto al sol que impide el autoconsumo de energía solar, o eso pretende, y se presenta el proyecto justo en el Día Mundial del Medioambiente.

La cuestión es que cualquiera podemos tener una instalación de energía limpia y renovable, como pueden ser unos paneles fotovoltaicos o un aerogenerador, que nos proporciona energía eléctrica, de forma discontinua, puesto que si no hace sol o viento no se produce energía, por lo que suelen instalarse unas baterías para acumular esa energía y consumirla cuando la necesitemos.

Hucha con dinero delante del solCon esto nos ahorramos un dinerillo en energía, si tenemos una casa con espacio para estas instalaciones, además de ser ya competitiva y resultar algo más barata, teniendo en cuenta los costes de la instalación, que la electricidad obtenida de combustibles fósiles, de forma que ayudaremos a emitir menos gases de efecto invernadero, lo que ayuda a cumplir con el protocolo de Kioto y otros compromisos adquiridos por la UE, España incluida.

Pero los intereses del gobierno no son esos, si no más bien que todos paguemos igual por la energía, aunque la produzcamos nosotros mismos con nuestra instalación. Digamos que el sol y el viento de España son bienes públicos, y por ello los gestiona el estado y los graba con impuestos, además de regular su uso con autorizaciones. Nada es gratis.

El impuesto al sol

El impuesto al sol que impide el autoconsumo de energía solar, o eso pretende, es un impuesto a los autoconsumidores que consumen la energía que producen sus propias instalaciones, puesto que no pasaría por la red eléctrica, y el gobierno no tendría control sobre ella y sus impuestos.

Se trata de que la energía que producimos en «nuestra casa» debe ser añadida a la red eléctrica, por lo que nos pagan una cantidad por kw, y luego al consumir electricidad de la red, pagamos un precio más alto por esos mismos kw cuando los consumimos, y sus impuestos. Por tanto solo se puede consumir nuestra propia electricidad en el caso de que no tengamos conexión a la red eléctrica, que es la única forma de librarnos de pagar el impuesto. Consumir nuestra propia energía directamente, y además, coger el resto de energía que necesitemos de la red, no está permitido; la energía que producimos tiene que pasar por «caja» antes de consumirla.

Se debe a la «extrema presión» que sobre los políticos están ejerciendo las empresas eléctricas que explotan las tecnologías convencionales para que frenen el desarrollo de fuentes alternativas de energía, especialmente el autoconsumo energético.

 

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